Hotel con habitaciones de estilo rústico, restaurante refinado, patio y zona de spa con bañera de hidromasaje.
Una auténtica maravilla, es precioso, muy bien cuidado y limpísimo. Tiene un patio interior precioso. Nuestra habitación tenía dos alturas y bañera en la propia habitación, la cama comodísima y toda la habitación super bonita y limpia. El Spa tiene un circuito pequeño pero muy completo, está súper bien y muy limpio, te dejan albornoz en la habitación y gorro en el Spa. Las comidas caseras y buenísimas, cenanos una ensalada de pulpo y langostinos, tosta de bacalao y queso de cabra, carrilleras en salsa con patatas panadera y de postre arroz con leche y tarta de queso. Todo esquisito.....!!! Una maravilla para el paladar..... A destacar el bizcocho que comimos en el desayuno (casero por supuesto) y que hace desde hace muchos años todos los días la mujer de dueño. Delicioso!!! El personal es la parte mejor del sitio, porque sin ellos todo lo demás no sería tan ideal. El dueño es una persona encantadora, cercana y campechana, se nota que es su pasión y disfruta (un placer conocerte). Las camareras majisimas, tanto la que nos atendió en la cena como la que nos atendió en el desayuno (da gusto con gente así) El pueblo es muy grande con muchas iglesias y con todo tipo de servicios, muy bonito. Recomiendo muchísimo muchísimo este sitio, nos hemos sentido como en casa, todo un gran hallazgo en tierras Zamoranas.💯 Saludos Nerea y David.
Una maravilla de posada. La suite, impecable y muy limpia. Los espacios al aire libre son preciosos, y el spa ofrece una tranquilidad total, ideal para relajarse. El dueño es un hombre encantador y muy atento, nos hemos sentido como en casa.
Visitamos por primera vez la posada hace años y hemos querido volver para terminar nuestra luna de miel. Nos encantó en su momento y ha sido todo un acierto volver. Trato estupendo, comida casera (menús variados y con precios súper buenos) e instalaciones perfectas. Si buscas una escapada para disfrutar de la tranquilidad y sentirte como en casa, este es el lugar indicado.
Hoy he comido en La Posada de Los Condestables, en Villalpando, y tengo que decir que ha sido una experiencia magnífica. El lugar no solo es impresionantemente bonito, con ese encanto rural tan cuidado, sino que además he comido de maravilla: todo estaba delicioso, bien presentado y con ese toque que marca la diferencia. Me ha atendido Irina, y su atención no ha podido ser mejor: amable, atenta y profesional en todo momento. La Posada de Los Condestables es, sin duda, un sitio totalmente recomendable para disfrutar de buena comida en un entorno precioso.
Excelencia en el alojamiento. Personal Amable y un servicio profesional y diligente. Restaurante con gastronomía de la zona con una óptima relación calidad precio. Francisco, un veterano hostelero nos acogió con amabilidad y deferencia. Recomendable