📍 Las Palmas de Gran Canaria (Las Palmas)
🗺️ C. Torres Quevedo, 31, 35007 Las Palmas de Gran Canaria, Las Palmas
La solana, capitaneado por Juan y Marisol. Oferta gastronómica que no te deja indiferente. Platos con muy buena materia prima y muy bien ejecutados y presentados. El restaurante es de decoración moderna, muy bonito y a la vez cálido. Buena carta de vinos. Servicio muy bueno. Atento con el cliente y te asesoran muy bien. Siempre tienen fuera de carta y claro está sus clásicos. Deja hueco para el postre. Calidad/precio acorde a lo que pides. No es barato, pero tampoco excesivamente caro. Totalmente recomendable
El restaurante es bastante amplio y elegante, mesas y sillas muy cómodas y tiene cocina abierta. El trato y profesionalidad de 10. Ahora vamos a lo fuimos jajaj, la comida. Pedimos empanadilla, bao de oreja de cerdo, pulpo braseado, alitas de pollo deshuesadas, torrija y pavlova. Estaba todo muy muy rico, destacar el bao (nunca pensé en comer oreja ni imaginé que estaba tan rica), el pollo (super jugosa y la salsa estaba espectacular y pavlova (una locura). Sin duda volveremos.
Buena experiencia. Las albóndigas muy ricas. Hubo un pequeño fallo en el orden de los platos pero nos pidieron disculpas y se resolvió aceptablemente bien. Ella estaba muy pendiente del confort de los comensales. Ambiente agradable, buena localización en calle trasera de Las Canteras. Vinos aceptables.
Una experiencia gastronómica muy recomendable. Desde el primer bocado hasta el postre, se nota mimo por el producto, equilibrio en los sabores y una ejecución cuidada. - Empezamos con una trilogía de croquetas, donde destacó especialmente la de mejillón en escabeche, muy lograda y con sabor auténtico, original y delicado. - El bao de oreja de cerdo crujiente fue una grata sorpresa: sabroso, con un punto crujiente muy bien logrado, incluso para quienes no son amantes de la casquería. - Mención especial merece el plato de carne de cabra desmenuzada con churros: una fusión original y deliciosa, donde la intensidad de la cabra se equilibra con la textura crujiente y aireada del churro. Sorprendente y muy bien resuelto. - Los chipirones frescos llegaron perfectamente cocinados, acompañados de un mojo verde artesano suave y equilibrado. - El pan con matalauva, artesanal, aportó un toque canario muy acertado. - Como maridaje, probamos un vino semidulce de Bodegas El Grifo (Lanzarote), que armonizó muy bien con todo lo anterior. - Y de postre, una tarta de queso cremosa, dorada por fuera y fundente por dentro: un final perfecto. El ambiente es agradable, con buena música y ritmo tranquilo, y el trato del personal fue exquisito: cercano, profesional y atento en todo momento. En definitiva, una cocina con raíces canarias y toques creativos, que sorprende sin perder autenticidad. Para repetir y recomendar sin duda.
La comida y el ambiente genial!! Pedimos las empanadas que estaban fuera de carta, las albóndigas, el bao de oreja y las alitas deshuesadas y todo muy rico. De postre destaco la tarta de queso! Sin embargo, recomendaría aumentar el personal que atiende a las mesas, ya que solo había una camarera para varias mesas y en primer lugar, tuvimos que esperar mucho inicialmente para pedir las bebidas; después volvimos a pedir bebida en dos ocasiones separadas unos 20 minutos y nunca nos las trajeron y al pedir la cuenta, tardaron también en traérnosla y tuvimos que pedirla por una segunda vez. Es una pena que en un sitio con tanta calidad salgamos con mal sabor de boca por eso.