Bodega de aire industrial y motivos decorativos inspirados en la prehistoria con bocados caseros y porrones.
El sitio está genial, pero es pequeñito y se llena rápido. La consumición y tapas tienes que pedirlas tu en barra, lo que crea largas colas de espera para pedir. Los pinchos están muy ricos. Precio entre 2.50 y 3.50 euros por pincho
Fuimos por ver si las reseñas hacían justicia al lugar. Y si, lo merece, aunque no tienen mucha variedad de aperitivos, pero lo que tomamos una tosta de salmón y una mini hamburguesa
Super bien sitio, acogedor para beber unas copas y sus tapas deliciosas
Muy buena onda. Tipo taberna. Buena comida. Buen ambiente. Buena música. Todo bueno, súper recomendable. Solo una pega, Es ruidoso
Fuimos dos personas sin reserva y había suficiente espacio. Tienes que pedir abajo los pinchos y la bebida y pagar con tarjeta. Te llevas tu bebida a la mesa y luego te llaman para que pases a recogerlo, acuérdate de coger servilletas. La acústica arriba es mala cuando hay bastante gente ya que no permite mantener una conversación, además tienes que tener cuidado con el techo no te golpees con los desniveles. 4 pinchos y dos cañas por 20€