Visitar Sevilla fue como abrir un libro lleno de historia y color. Desde el primer momento, caminar por sus calles empedradas me hizo sentir que cada rincón contaba una historia. Me perdí por el barrio de Santa Cruz, con sus callejuelas estrechas y patios llenos de flores, y cada esquina parecía invitarme a descubrir algo nuevo. La Giralda y la Catedral me dejaron sin palabras; subir a la torre y contemplar la ciudad desde arriba fue un momento de asombro y calma al mismo tiempo. Me encantó sentarme en una terraza a probar tapas tradicionales mientras escuchaba el bullicio de la ciudad y el murmullo del Guadalquivir. Pero lo que más me marcó fue la gente. Su cercanía y alegría hacen que uno se sienta parte de Sevilla en cuestión de minutos. Presenciar un espectáculo de flamenco improvisado en un bar pequeño fue de esos recuerdos que se quedan para siempre. Sevilla no es solo un lugar para visitar, es un lugar para sentir, para dejar que la ciudad te abrace con su luz, su música y su historia. Al final del día, salir de allí fue como despedirse de un viejo amigo, con la promesa de volver algún día.
Aunque hay monumentos más bonitos y más característicos de Sevilla, el ayuntamiento de la ciudad no deja de ser uno de los edificios emblemáticos de la ciudad. Data del siglo XVI, que se dice pronto, y representa un ejemplo notable de arquitectura plateresca en Andalucía. Es curioso, porque la fachada que da a la Plaza de San Francisco comienza teniendo una ornamentación espectacular y, conforme vas girando la mirada hacia la derecha, te das cuenta de cómo se reducen estos elementos; yo, al menos, nunca había visto esto. También es curioso cómo el pasaje que existe a la izquierda (en Navidad se coloca allí un Belén) tiene un tipo de arco por un lado y otro tipo de arco por otro. Míralo, te gustará. No he entrado nunca por dentro, pero entiendo que se puede visitar el interior y no tiene que defraudar. Si pasas por la zona durante tu visita a Sevilla, párate unos minutos a disfrutarlo.
Bonito edificio situado entre las Plazas de San Francisco y Plaza Nueva. El edificio es una muestra de las más. notables en Andalucía del estilo plateresco . Data del siglo XV y se puede visitar algunas zonas bien cuando se hacen exposiciones o bien en visita a la zona renacentista incluyendo una hermosa escalera atribuida a Hernán Ruiz II. La fachada principal que da a la Plaza Nueva se culminó en 1867 y la decoración del Salón Colón en 1871. La fachada está inacabada en el estilo plateresco aunque dejaron los bloques listos para ser tallados. Supongo que nunca lo acabarán porque ya forma parte de la singularidad del edificio que está catalogado como Monumento desde 1931.
Edificio comenzando a construir el siglo XVI y terminado en el último tercio del siglo XX. Magnífico edificio plateresco por fuera y con múltiples restos arqueológicos y pinturas.
Para muchos, la belleza de Sevilla no está 'ni mucho menos' en la feria, ni en las procesiones, ni en los toros. Somos bastantes los que disfrutamos recorriendo los adentros de la ciudad para disfrutar detenidamente de esos preciosos monumentos y singulares edificios, de las tiendas y bares sugerentes colocados en el lugar adecuado. Sobretodo, nos enamora ese ambiente alegre y positivo.