Un lugar perfecto para cenar en Benidorm. Calidad precio excelente. Buena ubicación y el personal es muy amable. Cenamos lacón a la gallega (con pimentón picante, yo hubiera preferido que no fuera picante, no sé si se podrá pedir), chipirones y gambones deliciosos. De postre pedimos arroz con leche, te ponen un cuenco enorme por solo 4,5€. Repetiría y lo recomiendo sin duda.
Barato se come muy bien y los camareros muy agradables mentira si alguien dice lo contrario
Es una pena, que como expatriado y vasco se me haya privado la experiencia de saborear mi gastronomía, la del país vasco de la que disfruto cuando cocino. Pasando unos días en Benidorm no podíamos dejar pasar la oportunidad de comer algo de nuestra gastronomía, pero la verdad que ha sido todo un fiasco. Las croquetas (1/2 ración) pongo en duda que sean hechas en el local, parecen de las de quinta gama. Nada cremosas y casi sin sabor a jamón. Un zokotrontxo, vamos. De agradecer que la camarera nos las recomendó porque no quiero saber cómo eran las de pollo. Allí se quedó la mitad. Les recomiendo que cambien la mezcla un 90 harina 100 mantequilla por litro de leche estarían más cremositas. Los chipis a la pancha se libraron, estaban bien hechos, un poco más de sal no les vino nada mal, pero se solucionó con el salero que nos trajeron que creo la última vez que lo limpiaron fue en la última cena de cristo, porque tenía más mierda que las uñas de un mecánico. A las fotos me remito. Las gambas al ajillo con mucho pimentón (Será tendencia ahora porque que yo sepa no lleva en el país vasco) que tampoco me hizo gracia. Toso un detalle que vino la cazuela como si el mismísimo Becelbú la hubiese sacado del mismo báratro por lo que siguieron cocinándose encima de la mesa hasta quedar bien duritas. Al dente, vamos. Conclusión. No volveré. Ténganlo seguro y se que lo agradecerán. Porque por lo que he leído en las reviews suelen mandar a paseo a los clientes no contentos por lo que de antemano les digo que se pasearme solo. Pero tampoco me gustaría que otros ingenuos como yo se dejen engañar por tan suculentos platos. Un abrazo.
Leímos las opiniones y la pinta de los platos que servían y decidimos que si o si cenábamos allí. Tuvimos que esperar un poco porque estaba llenísimo, al estar en pleno centro no había ni una mesa, pero lo conseguimos! Pedimos las patatas mixtas (picaban bastante), lo pimientos del piquillo rellenos (que estaban muy buenos), chipirones (ración abundante y muy ricos), albóndigas caseras con una salsa espectacular y 3 pintxos. Los pintxos los pedimos de tortilla, morcilla y chistorra, pensábamos que eran caros pero es que la cantidad era exagerada, riquísimos todos. Las camareras un 10. Muy recomendable y calidad precio merece la pena.
No es de los más caros y la comida está rica. 20 euros por comensal más o menos