Te voy a extrañar Cafelito 😍 Lo descubrí por casualidad y se volvió mi sitio fijo para desayunar. Todo está delicioso, desde el café hasta las tostas y los diferentes platos. El lugar en sí es muy lindo, los chicos que trabajan ahí son muy amables y básicamente ya quiero regresar 🥰
Este sitio es una joya para los amantes del café y los buenos momentos. Su Café de la Presley con un bombón en el fondo es una delicia que le hace honor, al igual que su café con chai, que tiene un equilibrio perfecto de especias y suavidad. El bizcocho casero de fresa 🍓 y frambuesa es simplemente espectacular, esponjoso y con un sabor auténtico, como en casa🤤 La atención al cliente es impecable, con un servicio cercano y atento a cada detalle. El ambiente bohemio y acogedor hace que cada visita sea una experiencia única y especial. Sin duda, un lugar para volver una y otra vez. ¡Totalmente recomendado!
Un lugar muy bonito para desayunos. Nosotros tomamos un café y unas tostadas y estamos muy contentos con lo que nos sirvieron. El trato por parte del personal fue muy bueno. Recomendación para el desayuno; ir antes de las 12:30 ya que tienen una oferta de tostadas+cafe por un precio más barato. Nosotros pagamos 14-15€ entre ambos.
Me gustó mucho describir este espacio. En primer lugar, me gustaría destacar la calidad de los productos que proponen. Bebí un café con leche de avena que estaba buenísimo, y comí una cesta de queso de cabra en la que no he podido parar de pensar desde que la terminé de comer hasta ahora. ¡Está buenísima! La amabilidad de la camarera y del barista también son un plus que hay que destacar.
Muy voluntariosos y ágiles. Se nota que les gusta su trabajo y lo hacen con dedicación. Te cuentan anécdotas y te hacen chistes mientras te atienden. El dueño (que es graciosisimo) contó que al elegir el lugar para el negocio, lo hizo porque sintió que no se quería ir, y es eso lo que nos pasó a nosotros, a la mesa de al lado y a la fila de turistas que hablaban cualquier idioma menos español que esperaban para sentarse. Apenas pasas por la puerta algo te hace quedarte. Además, se ve que saben lo que hacen y lo que sirven: Muy buenas y variadas propuestas de brunch, merienda y picoteo. Pedimos para comer dos hamburguesas veganas, riquísimas y abundante la porción. Después compartimos un café, que estaba muy rico y era de especialidad. Ofrecen varios con vueltas de tuerca interesantes. Muchas ganas de volver!