Hotel sin pretensiones con habitaciones y suites funcionales, restaurante, bar y Wi‑Fi gratis.
Excelente hotel con vistas espectaculares al río Ebro y junto al Pilar. Habitación muy limpia y con todos los servicios. Un buen lugar donde estar en Zaragoza. El desayuno, maravilloso: gran variedad de productos de calidad. Los camareros y camareras muy atentos y agradables. La salida y entrada del garaje un poco complicada por la máquina de apertura y cierre de la puerta. Por último, la chica de recepción no es muy agradable, un poco soberbia.
La sensación que tuvimos desde el principio era que nos habían dado una habitación individual para dos personas. La habitación era tan pequeña que no había sitio para dejar una de las dos maletas que llevábamos. El precio de la habitación no fue en absoluto barato. Una pena que tengamos que aceptar la subida de precios sin recibir una mejora en la calidad "son lentejas..."
Hotel de cuatro estrellas situado al lado de la emblemática Plaza del Pilar y del casco antiguo de la ciudad la habitación, acorde con la categoría del hotel y del precio por noche Una pega: el aparcamiento privado del hotel tiene plazas muy pequeñas, obligando a hacer muchas maniobras con el coche, para poderlo dejar aparcado y aún así, con dificultades para salir del mismo. El sistema de control de entrada y salida, a pesar de tener cámara de reconocimiento de matrícula, es bastante defectuoso No obstante, le pongo un cuatro de valoración
Está a un lado de lo más hermoso que puedas ver en todas las ciudades El casco antiguo. La catedral Llegas en auto. Tren o bus y de ahí caminas dentro de todo Es extraordinario lo que puedes visitar caminando. Estás junto a todo si te lo recomiendo ampliamente
Me alojé en el hotel por negocios y no tuve ningún problema, todo cuidado, buena atención y cama extremadamente cómoda. Si las habitaciones fuesen un poco más grandes sería la creme de la creme.