🏕️Campings
Comida de toda la vida en un restaurante clásico con mantelería blanca y terraza.
Durante nuestra escala en Madrid, antes de continuar nuestro viaje a Múnich, tuvimos la oportunidad de disfrutar de una comida sin reserva en este restaurante, justo después de visitar el hermoso parque El Capricho. Desde el primer momento, el servicio fue excepcional: el equipo nos atendió con mucha amabilidad y eficiencia, asegurándose de que nuestra experiencia fuera agradable. La comida no decepcionó. Probamos las empanadillas criollas, perfectamente elaboradas, con un sabor auténtico y delicioso, y el risotto de setas, que estaba en su punto exacto, con una textura cremosa y un sabor profundo. Sin duda, una combinación acertada que nos dejó más que satisfechos. Además, la ubicación del restaurante resultó ideal para nosotros, ya que nos alojábamos cerca y pudimos ir caminando cómodamente. Aunque no tuvimos la oportunidad de visitar el servicio, el ambiente y la calidad general del establecimiento fueron excelentes. Una opción totalmente recomendable para quienes buscan buena comida, atención rápida y un trato amable en Madrid. ¡Volveremos sin duda!
Excelente comida, sorprende la presentación y la calidad de los productos. Comimos pulpo y lomo alto y en ambos casos todo estaba en su punto y con el acompañamiento adecuado. El servicio fue óptimo y atentos en todo momento. Buena selección de vinos y el postre también aportó el broche a la cena, siendo un brownie generoso.
Tenía ganas de comer en este restaurante y he aprovechado que salí de una feria en IFEMA. Está relativamente cerca y es una buena opción si quieres salir de la influencia de la feria. Pedí una empanada y una parrillada de verduras. Todo muy rico aunque la parrilla está pensada para compartir, era bastante grande. No pude con todo. Tienen el detalle de ponerte un aperitivo y el trato es genial. El único punto negativo de mi visita fue que había varios grupos y el nivel de ruido de las conversaciones era bastante alto.
10/10 el sitio. Hemos venidp por cadualidad después de un pateo por el parque y nos hemos encontrado con una brasa exquisita y sencilla y una atención a juego con la misma. Recomiendo venie con hambre porque las raciones son generosas y apenas queda hueco para el postre, lo que es una pena perderse (en especial el helado de dulce de leche que es una locura). Volveremos, sin duda.
Ante todo puntualizar la gran atención y el servicio muy amable. La cerveza no estaba del todo fría y el vaso en el que te lo sirven no está frío en pleno junio. Había varias cosas de la carta que no te decían que no tenían hasta que los pedías. De entrantes para compartir pedimos la parrillada de verduras que no estaba muy buena y tenía verduras como el repollo, la zanahoria y demás que no que están muy buenos en una parrilla de verduras. (Medio duros y crudos) La empanada estaba muy buena! Los chorizos criollos estaban bien aunque una ración muy escasa para el precio que tiene en general todos los platos de la carta. De segundos pedimos el secreto ibérico que tenía demasiada grasa. La hamburguesa estaba bien aunque un poco seca y muy elevada de precio. El vacío de ternera estaba rico. La ensalada de tofu con muy poca gracia y el tofu sacado directamente de la nevera y puesto de aquella manera. Mencionar que una ración de patatas fue por cuenta de la casa cosa que se agradece. Y los postres muy ricos y la cantidad muy bien aunque muy subido de precio por 9 euros. En general muy caro para la calidad si alguna vez repitiese sería únicamente por el servicio que fue muy atento y muy amable.