Vine para cenar con mi pareja y lo primero que nos sorprendió fue que solo se podía cenar en la terraza; no había zona interior, por lo que si te molesta que la gente fume, no es tu restaurante. Pedimos un provolone con pate de trufa negra y focaccia (14,5€), que la verdad que no sabía mucho a trufa, y luego un par de pizzas. La pizza gourmet de calabaza (15€), que así se llamaba, sabía mucho más a salmón que a calabaza, que no sabía a nada, y la maya(13,5€), de mezcla de quesos con miel y nueces estaba muy rica, aunque eran las dos de pan en su mayoría, demasiado borde. De beber, un par de aperol bastante ricos (6€/PX) La atención muy bien.
Sin duda una de las mejores, si no la mejor, pizza que he comido. Ingredientes naturales y auténticos como si estuvieras en Italia. Las pizzas hechas en horno de leña con una masa perfecta a mi parecer. El trato es amable y cercano, que junto a la calidez del local crean un ambiente muy agradable. La carta de vinos aunque no muy amplia tiene una selección muy interesante para una pizzeria.
Una experiencia de 10! Las pizzas están riquísimas y se nota que le ponen cariño. La atención otro 10, personal super amable y atento. Un lugar para recomendar sin duda!
Fuimos tres personas y un perrito. Nos atendieron super bien. Pedimos una pizza carbonara, que estaba espectacular; una stracciatela y una shamrock. Buenísimas todas. De postre dos coulant de pistacho, también muy ricos. Volveremos.
Sitio con buen ambiente en altea pero tranquilo, gran variedad de pizzas estilo napolitano, ensaladas y provolone. Personal muy atento.