Platos de arroz, pescado y carne típicos de España en un restaurante refinado con mantelería blanca y paredes de ladrillo visto.
Llevaba mucho tiempo escuchando a mi madre hablarme de este restaurante, ya que suele venir a menudo con sus amigas, y por fin lo probé aprovechando el cumpleaños de mi hermano… ¡y la verdad es que me sorprendió muy para bien! De primero pedimos para compartir la ensalada de ventresca y el volcán de verduras con romescu, ambos muy buenos. Pero lo que realmente me encantó fue el segundo: compartimos un arroz meloso de bacalao y gambón que fue todo un acierto. También probaron la fideuá de pato, y estaba espectacular. (Aunque me quedo con el arroz :)) Y de postre, lo mejor: la tarta de queso, simplemente deliciosa. Sin duda, volveré.
Comida de seis amigos Fuimos a menú. Nos pareció bien lo ofertado. Calidad del producto tanto los arroces, como en la carne, entrantes "agradables" de comer, los postres también. Del servicio no conozco nombres La camarera joven fue muy amable y profesional. Recomendable para ir
Menu ejecutivo con varios primeros y segundos para elegir. Producto fresco y bien preparado. He comido garbanzos estilo Wenceslao (con calamares) y entrecot de segundo. De postre helado de queso idiazabal. Atención muy buena y ambiente tranquilo.
Casa de comidas de corte clásico con buen ambiente y un servicio muy bueno, rápido y agradable. Cocina bien elaborada, buen nivel de arroces (elaboración y punto) aunque echamos en falta algunos sabores por temperatura y cantidad de cosas. Quizás el postre nivel inferior.
Pedimos menú del día que costaba 25 euros y estaba todo riquísimo y producto de buena calidad, repetiría sin duda.